LA AURORA BOREAL

¿Qué es una aurora? ¿Cómo se forma?

El origen de todo lo tenemos en el Sol. El Sol es una masa de gas magnetizada. Periódicamente, en su superficie, se producen anomalías en forma de arco. Estas anomalías crecen, hasta que el conjunto se vuelve inestable, y se origina una eyección de partículas en forma de lo que se conoce, como “tormenta solar” o “erupción solar”.

Question - what's it like standing on the surface of the sun ... A Solar Storm Is Approaching Earth | Space

Esta masa de partículas expulsada, viaja hacia la Tierra a una velocidad de entre 500 y 1000 km/s, y logra alcanzar nuestro planeta en 2-3 días. Al chocar con el campo magnético terrestre, las partículas son atraídas por los polos magnéticos (norte y sur). Gracias a la gran energía logran penetrar en la atmósfera. Aquí se produce la colisión con las moléculas del aire, formadas básicamente por oxígeno y nitrógeno. Esta colisión genera energía, y las moléculas del aire se “excitan” para luego relajarse, liberando la energía sobrante en forma de luz.

Cerca del Polo Norte, este fenómeno es conocido como Aurora Boreal, mientras que en el Polo Sur, es conocido como Aurora Austral.

Los colores que se aprecian en las auroras dependen de la especie atómica que se excitan, y del rango de energía que esos átomos llegan a alcanzar. Los verdes, colores primarios de las auroras, lo forman básicamente la interacción con las partículas de oxigeno. mientras que los tonos más púrpuras los provoca el choque con las partículas de nitrógeno. Cuando la intensidad energética de la aurora no es muy grande, las partículas solares no logran adentrarse demasiado en la atmósfera, quedándose a una altura de entre 100 y 500 km. Estas auroras alcanzan solo colores blancos y verdes. Cuando las intensidades energéticas son superiores, las partículas consiguen penetrar por debajo de los 100 km, formándose los colores púrpuras junto a unos verdes más intensos.

¿Cuándo observar la aurora? 

Para contemplar las mágicas luces del norte se tienen que cumplir tres factores:

  1. OSCURIDAD DURANTE LAS NOCHES. En los países cercanos al Círculo Polar Ártico corresponde al periodo comprendido entre finales de agosto e inicios de abril. Fuera de estos meses, el denominado “Sol de Medianoche” ilumina prácticamente las 24 horas del día e imposibilita que se aprecien las luces que forman las auroras.
  2. ACTIVIDAD SOLAR. Que se formen erupciones solares con suficiente carga de partículas y energía para que alcancen la magnetosfera de la Tierra.
  3. CIELOS DESPEJADOS O PARTICIALMENTE DESPEJADOS. Con cielos cubiertos de nubes es imposible observar las auroras, al encontrarse estas a una altura superior a cualquier estrato nuboso.

Hablando concretamente de las “Luces del Norte” ¿Cómo se clasifica la intensidad de una aurora boreal? 

La actividad de la aurora boreal se clasifica con la escala Kp, una escala que va desde el 0 hasta el 9. Cómo más elevado sea el índice Kp, más alto será el nivel de energía solar, y más intenso será el espectáculo visual, tanto a nivel de colorido como también de movimiento.

A Kp’s altos las coronas aurorales que rodean los polos se hacen más extensas y abarcan más superficie. En el caso de las auroras boreales, y centrados en el territorio europeo, un Kp muy alto permite, que el fenómeno de luces se pueda llegar a contemplar incluso en el sur de los países escandinavos, en Escocia o en el norte de Irlanda.

Cabe destacar que en los lugares más conocidos para la observación de la aurora boreal en Europa, como son los territorios de Islandia y Laponia, se necesita generalmente auroras boreales con un índice mínimo alrededor de Kp3. Con esta intensidad, y siempre que los cielos estén despejados, la energía luminosa es suficiente para una correcta apreciación visual del fenómeno. Tampoco es descartable observar luces con Kp’s más bajos.

Generalmente el 75-80% de los días durante la temporada de auroras tienen intensidades entre Kp1 y Kp3. Índices Kp4 y Kp5, por lo general, ocurren entre 4 o 5 días al mes, e intensidades superiores a Kp6, muy pocas veces al año, igual un día al mes de media. Estamos hablando en términos siempre generales, ya que históricamente ha habido años con muchos picos en la actividad solar y se ha conseguido un avistamiento de auroras superior a lo habitual.

¿Dónde observar las auroras boreales? 

La amplitud geográfica de los territorios donde se pueden observar las luces del norte dependerá de la intensidad que estas tengan, del ya citado índice Kp. En el entorno europeo las zonas más propicias son Islandia, el norte de Escandinavia, es decir, las tierras de la Laponia noruega, sueca y finlandesa, la península de Kola y otras zonas del norte de Rusia, las islas Svalbard y a menudo en las pequeñas Islas Feroe. A escala mundial, también se observan en Groenlandia, en el norte de Canadá, Alaska y los territorios siberianos más al norte.

Como anécdota en España hay varios registros de observación de auroras boreales, el más famoso fue durante la Guerra Civil, cuando el 25 de enero de 1938 se observaron luces rojizas en buena parte del centro y la mitad norte de España. También en Galicia y Asturias se reportaron observaciones en 1989 y 2003.

¿Cómo vamos a “cazar” la aurora boreal? 

Actualmente la tecnología nos facilita muchísimo la predicción de la aparición de las luces que forman las auroras boreales. Existen páginas web y aplicaciones para móvil que monitorean a la vez diferentes parámetros físicos, como la actividad solar, la velocidad de los vientos solares, etcétera, y lo interrelacionan con los parámetros climatológicos/cobertura nubosa, para mostrar una probabilidad % de observación diaria.

Si se cumplen los tres requisitos y se tiene un cierto % de probabilidad de observación, lo primero que hay que hacer es buscar una zona con el campo de visión lo más abierto posible y lejos que cualquier contaminación lumínica. Seguidamente hay que aclimatar nuestros ojos a la oscuridad, para que las retinas puedas apreciar con más facilidad el contraste de colores, entre el blanco de una posible nube, y el tono verdoso de una aurora. Por último, hace falta paciencia. La experiencia de la observación requiere tiempo de dedicación. Las auroras pueden empezar a presentarse ante nosotros como simples arcos blanquecinos, prácticamente horizontales, en el horizonte. Pero con suerte y a lo largo del paso de los minutos, pueden evolucionar rápidamente a formas más caprichosas: haces verticales delgados, bandas rizadas o estructuras ondulantes. También cambiar rápidamente su brillo o intensidad de color. La perseverancia, como vemos, es uno de los factores primordiales en la “caza” de la aurora boreal.

Si quieres vivir esta experiencia, encuentra tu destino entre los muchos que X-PLORE te ofrece para la observación de la aurora boreal: 

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